¿Quién ha dicho que una partida de ajedrez no pueda ser original? El creador de esta versión del juego te propone jugar con unas piezas muy particulares. Ha sustituido las tradicionales fichas del ajedrez por dos ejércitos de personajes siniestros. En sus posiciones iniciales resulta fácil hallar la equivalencia con el original al que sustituyen, pero tal labor se complica a medida que avanza el juego. En cualquier caso es una forma divertida de jugar al ajedrez.